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jueves, 26 de junio de 2014

Ruta mixta Abrigo de los Pastores y Altiplanicie (Monterde de Albarracín)

Esta ruta fue realizada el día 20 de abril de 2014 con un grupo de amigos de Monterde, y en ella fusionamos dos partes de las denominadas "Ruta de los Abrigos de los Pastores" y "Ruta de la Altiplanicie".
Salimos de Monterde en dirección al cementerio y al llegar allí cogimos la pista de la derecha, en dirección a la Sierra y por el camino que coincide con el GR-10. Poco podemos decir de esta pista, más que conocida y sin ninguna complicación, y que sirve como inicio desde Monterde para multitud de rutas e itinerarios a parajes y pueblos diversos.
Poco después de la indicación que existe a la izquierda hacia la Fuente de la Pinilla, nos encontramos con otra señalización, que indica la posibilidad de realizar la Ruta circular de los Abrigos de los Pastores, bien tomando el desvío de la izquierda, bien siguiendo el camino de la Sierra.


Nosotros tomamos el desvío para dirigirnos en primer lugar al abrigo del Campillo.


El camino hacia el Campillo sigue por el Barranco de la Corraliza (denominado en algunos mapas como Barranco de Pedro Jiménez), entre sabinas y arbustos, y sin mayores complicaciones que dejar de ver en algunos momentos las señales que marcan esta ruta.




Hacia el final del barranco, el sendero inicia su ascenso por la ladera izquierda hasta llegar a los llanos donde se encuentra la Cueva del Campillo.


Desde estos llanos se obtienen unas bonitas vistas en dirección al Cerro de San Cristóbal, fácilmente identificable por las antenas instaladas en su parte más alta.


La Cueva del Campillo es un abrigo natural acondicionado como paridera o refugio de pastores, con varias estancias separadas entre ellas por muros de piedra, que resulta muy interesante de visitar.




La ruta sigue en dirección hacia el camino de Torres, cerca de la Cueva del Hierro, si bien desde la Cueva del Campillo nos resultó imposible localizar la señalización del sendero.
 

 
Después de decidir democráticamente por donde seguir, fuimos ascendiendo hacia la zona más alta que se observa en dirección oeste, detrás de la cual empieza a descender el terreno.


 
 
El descenso nos lleva al camino de Torres que tomamos hacia la derecha, nuevamente en dirección a Monterde. Tras recorrer unos centenares de metros pudimos observar a la izquierda la señalización y camino que realmente viene desde los Altos del Campillo, y que demostró que el camino desde la Cueva se encontraba más a la derecha de la trayectoria que seguimos.
 
 
El camino de Torres, en dirección a Monterde desemboca en el cruce con el GR-10, donde concurren varias rutas y existen más señales que árboles.
 

 

Decidimos continuar de frente en el cruce y enlazar nuestra ruta con la denominada de la Altiplanicie, que se dirige hacia la Muela de Monterde. El camino en este punto inicia una subida pronunciada, que pasa al lado del refugio, que queda a la derecha.
 
 
Tras esta pendiente el camino parece ir alejándose hacia la izquierda, si bien finalmente gira hacia la derecha e inicia el ascenso a la Muela.
 

 
El camino por la Muela de Monterde discurre entre típica vegetación rastrera, y pasa por al lado del Chozo del Tío Vicente, que se encuentra en ruinas.
 
 
 
A unos centenares de metros del Chozo nos encontramos con la Sima de la Muela, a la que se le otorga una gran importancia. Al parecer esta sima se encuentra comunicada con la Sima de las Herrerías (situada a unos centenares de metros) e incluso se dice que tiene un río subterráneo que podría desembocar en la fuente de Cella.
 

 
Tras la Sima seguimos el camino en dirección a Monterde con el entretenimiento de ir localizando las señales que marcan la ruta. Llegados al final de la Muela, podemos admirar unas bonitas vistas de Monterde y comenzamos el descenso por el camino hasta llegar al pueblo.
 


 
Finalmente esta ruta, producto de la fusión de dos de las señalizadas, supuso algo más de 12 kilómetros y unas tres horas de camino, sin grandes dificultades, salvo algunas pendientes pronunciadas y la dificultad en algunos momentos de encontrar las señales que marcan el camino.
 
 

lunes, 9 de abril de 2012

Ruta del Barranco Cardoso y Castillo de los Ares (Pozondón)

Barranco Cardoso
Para nuestra nueva ruta, realizada en la tarde del día 7 de abril, nos desplazamos en coche a Pozondón, pueblo vecino de Monterde. Realmente se puede ir andando, ya que existe ruta señalizada, pero que resulta excesiva, teniendo en cuenta que no disponemos de demasiadas horas y que nuestra intención es llegar hasta la Piedra del Peruano, en el Barranco Cardoso, pasando por el Castillo de los Ares.
Desde Monterde vamos con el coche hacia Pozondón, cogiendo la carretera a Santa Eulalia del Campo. Nada más terminar una bajada pronunciada que existe en este carretera se encuentra, a la izquierda el camino que sirve de inicio a nuestra ruta y que se encuentra señalizado con un cártel de “Castillo de los Ares”. Aunque nosotros dejamos el coche al principio de este camino, es posible avanzar más en vehículo y acortar la ruta, ya que la pista se encuentra en bastante buen estado.

El principio de la ruta que transcurre por estos llanos de Pozondón se hizo un poco duro por el frío y aire que hacía, con momentos de nieve y de matacabras que cortaban la cara.

Tras un tramo de cerca de dos kilómetros, con vistas a un barranco a la derecha, llegamos a un cartel que indica el camino hacia Pozondón (3,5 Kms) a la izquierda y hacia el Castillo de los Ares (1 Km.), el Barranco Cardoso (2,5 Kms.) y Ródenas (7,5 Kms), siguiendo recto.

El camino va descendiendo paulatinamente, sin ninguna complicación, ya que, como hemos dicho, es posible hacerlo incluso en coche, hasta llegar al lado del Castillo de los Ares, situado a nuestra derecha sobre un promontorio de piedra de rodeno.


En este punto podemos observar el cambio del paisaje de roca caliza al de piedra de rodeno, con su característico color rojizo. Aquí el camino se bifurca, con la posibilidad de girar hacia la derecha, en dirección al Castillo, y continuar hacia Almohaja y Peracense, o de seguir recto hacia el Barranco Cardoso. Por nuestra parte, a fin de no entretenernos demasiado, preferimos seguir hacia el Barranco, dejando la visita al Castillo para la vuelta.

Pasado este punto, el camino sigue bajando, introduciéndose en la zona rocosa y de barrancos. Es muy recomendable pararse en un mirador natural de roca, situado a la derecha del camino, desde el que se tienen unas bonitas vistas del barranco.

Este mirador se encuentra unos veinte metros antes de llegar a la señalización de entrada a este barranco, hacia la derecha, y en el que existen grabados rupestres.

Estos grabados, al parecer se encuentran en un abrigo natural de la roca, formado por la erosión del agua, aunque realmente son difíciles de encontrar. Por nuestra parte no tuvimos ningún problema en ver los “grabados” de los imbéciles y capullos que les gusta firmar su paso, aún a costa de dañar el patrimonio natural o histórico. Hay una piedra, separada del abrigo, en la que se observan marcas que, creemos, son parte de los verdaderos grabados rupestres.

La ruta continúa a partir de este punto entre rocas y chopos hasta llegar al límite para vehículos, donde el camino se convierte en senda, hasta desaparecer, al introducirse en la zona rocosa del barranco.


 Tras unos pocos metros nos encontramos con la Piedra del Peruano, escultura de más de dos metros, de estética precolombina, tallada en rodeno en una roca que conforma una especie de altar natural, por un vecino de Pozondón de origen peruano. Resulta curioso encontrarse esta figura en mitad de un barranco de la Comarca de la Sierra de Albarracín.





El camino continúa por el barranco hacia un poblado íbero y otros grabados rupestres, que según la señalización se encuentran a un kilómetro, pero que preferimos dejar para otra ocasión, ya que tenemos pendiente ver el Castillo de los Ares y puede hacerse tarde.

El regreso se realiza por el mismo camino que para la ida, con la diferencia de que ahora es casi de continuo ascendente, y que el Castillo ahora lo encontramos a la izquierda.

El Castillo, del que desconocemos su origen y época, estaba construido con piedra de rodeno, como lo atestiguan los pocos restos que quedan, compuestos por unos pequeños tramos de muralla o muros, y la mitad de un torreón. Vale la pena subir a lo que en su momento sería el patio o el cuerpo del Castillo, desde donde se tienen unas bonitas vistas del entorno, con campos delimitados por muretes de piedra.




Realizada la visita a las ruinas del Castillo, regresamos al camino, que continúa ascendiendo hasta llegar a la zona de llanos y al punto donde hemos dejado el coche y que supone el final de nuestra ruta.
En resumen, la distancia total recorrida será de aproximadamente 11 kilómetros, sin ninguna dificultad técnica, aunque muy interesante y atractiva. Por nuestra parte tendremos que repetirla, a fin de llegar hasta el poblado íbero que nos ha quedado pendiente.

domingo, 8 de abril de 2012

Ruta del Castell de Xivert (Alcalà de Xivert)

Castell de Xivert
Como prueba de que no nos limitamos a realizar rutas por Monterde de Albarracín, el pasado 24 de marzo de 2012 realizamos la ruta de subida al Castell de Xivert, que se encuentra en Alcalà de Xivert (Castellón). En esta ocasión, a los dos de siempre, José Luis y Miguel, se unió Iván, cansino hasta la saciedad, que se entretenía con cualquier cosa, y chupacámara profesional.
Iniciamos esta ruta en Alcalá de Xivert, junto al Restaurante Xivert, frente al concesionario, donde dejamos nuestro coche. Allí se encuentra la señalización que indica el camino hacia el Castillo.  Aunque es posible continuar con el coche, ya que la carretera está asfaltada, preferimos iniciar ya la ruta a pie, tal y como indican los folletos informativos de turismo del Ayuntamiento de Alcalá. La ruta pasa junto a alguna nave industrial y campos pelados, así como una granja de cerdos abandonada y un canal de agua infecto y lleno de porquería. La verdad es que este inicio no es muestra de lo que vamos a encontrar después. Tras atravesar un túnel que pasa por debajo de la autopista AP-7, tenemos dos posibilidades para llegar al Castillo: seguir de frente, por el azagador (3,4 Kms.), o girar a la izquierda, que es lo que hacemos nosotros, para ir por la senda de los Templarios (2,8 Kms.). 
Unos centenares de metros más adelante, el camino gira a la derecha, iniciándose la subida, entre campos de cultivo, con unas bonitas vistas de Alcalá de Xivert. 
Finalizados los campos cultivados, el camino discurre hacia la izquierda, introduciéndose en zona de mayor vegetación, con bosque típico mediterráneo de pinos, arbustos y palmitos. Aquí se encuentra la llamada senda de los Templarios, sumamente atractiva y verde, en la que se observan paredes de piedra que conforman terrazas, y cuyo origen y finalidad desconocemos.

No existe dificultad en seguir la ruta, bien definida, con algunos tramos más rocosos, y que va bordeando por la parte izquierda el cerro en el que se asienta el Castillo. 
Una vez se sale de la zona de bosque tenemos unas magníficas vistas hacia Alcalá de Xivert y también se observa ya el Castillo en todo lo alto.

Tras continuar un tramo más, llegamos a una pista de cemento y al camino que, tras unos doscientos metros de subida, lleva al Castillo. El Castillo de Xivert está conformado por dos partes claramente diferenciadas, una árabe y otra cristiana. Por un lado, un tramo de muralla externa de origen musulmán, en la que puede observarse una inscripción en árabe.


Por otro lado el recinto cristiano, constituido por la fortaleza templaria, con muralla, dos torreones y la torre del homenaje. 
Vale la pena darse una vuelta por todo el Castillo, observando sus elementos estructurales y las magníficas vistas existentes.
En la ladera sur del Castillo se encuentra el poblado musulmán, también de gran interés, en el que se puede ver y entrar en alguna edificación reconstruida. 
La cuestión es dedicarse a dar vueltas, disfrutando del entorno, antes de iniciar el camino de vuelta.
La vuelta hacia el concesionario donde hemos dejado el coche se puede realizar por el mismo camino que hemos seguido para subir, o bien, a fin de hacer la ruta circular y como indican las guías, seguir por la pista que baja desde el camino de acceso al castillo, por la derecha. Esta pista es de cemento en algunos tramos, y de piedras y tierra en otros, con trozos muy deteriorados por las correntías de agua. La pista desemboca en la carretera que pasa por delante de la Cruz del Francés, girando a continuación a la derecha (sin pasar el puente que sobrevuela la autopista y que lleva a una ermita), hasta el túnel que ya atravesamos a la ida, situado a la izquierda, y que lleva por la carretera asfaltada al concesionario y al restaurante.
Nuestra idea era volver por la senda de los  Templarios, pero tuvimos que desistir al tener que acompañar a la familia, que tras subir en coche por la pista que hemos comentado con más temor que ilusión, nos obligó a bajar en coche.
A pesar de este pequeño inconveniente final, y de no poder terminar la ruta como estaba previsto, podemos decir que es una ruta muy agradable de realizar, sin dificultad, que se puede hacer incluso con niños, y con un gran atractivo, tanto a nivel paisajístico, como histórico y monumental.